Reseña "Morir con dignidad"

Morir con dignidad

Héctor Aguilar Camín

El artículo en mención es una referencia del trato ético de una muerte inevitable y todo el trasfondo médico y familiar que contiene, a lo largo de 4 historias particulares, se describe la situación que viven los pacientes terminales y su relación con quienes lo atienden o se interesan por su vida, y que además se interponen en el proceso de su fallecimiento, sabiendo que es un suceso inminente. La falta de valores profesionales del médico y la moral familiar injustificada de los allegados del paciente se ven reflejadas en egoístas intereses personales de estos intermediarios pues queda un sus manos la decisión de prolongar o no la agonía de un paciente terminal con la intención de preservar la vida ante una situación irremediable de muerte. Nace así la propuesta de la muerte elegida, que además de generar valores enormes -como el conocimiento, la responsabilidad, la autonomía, la libertad y la liberación- promueve que la muerte se debe tratar con la misma entrega y consciencia  que la vida, esto con el único propósito de acortar y aliviar el funesto proceso de la muerte.

La lectura de este artículo promueve una nueva ventana en la conciencia, valores morales y en la toma de decisiones en una situación tan crítica como elegir por la defunción de una persona, decisión, que resulta poco considerable para quienes pretenden salvaguardar su vida. Podemos tomar como ejemplo la decisión de una muerte feliz, Sigmund Freud, quién a sus 83 años tomo la decisión, tras reconocer su inútil lucha contra el cáncer, luego de que su médico de cabecera decidiera ocultarle la verdad, en un intento de no agraviar más la situación que Freud atravesaba en ese momento, vivir el duelo por la pérdida de uno de sus sobrinos. Al buscar un equilibrio entre realidad y el derecho de una persona a no sufrir una muerte agonizante y dolorosa, y de poder tomar las riendas sobre su propia vida y como desea vivirla -en este caso, terminarla-, se propone esta opción. La voluntad del individuo el cual vive en carne y hueso este doloroso proceso, toma la relevancia que merece, pues es él, el único dueño de su vida.

En conclusión me parece un texto muy humano, ya que desglosa los valores, derechos y anhelos más profundos de quienes en su momento tienen que encarar una situación de tal magnitud. Me parece importante esta búsqueda por mejorar las condiciones morales y profesionales para optar por una muerte elegida. Dejar de ver la mentira como un falso bálsamo sin utilidad alguna, el sufrimiento como trasfondo de falsos valores profesionales e intereses familiares, resulta ahora una acción social bastante humana, ya que por medio de la aceptación de la realidad y sobre todo la humildad, la muerte se podría convertir en un desenlace responsable y consciente, no atroz. La aceptación de que se carece de los medios necesarios para salvar una vida, es un acto noble y de respeto, un acto de amor a la vida de alguien que no merece sufrirla en vano.

Bibliografía:

Camín, H. A. (2015). Morir con dignidad. Simposio Morir con dignidad (pág. 8). Ciudad de México: Academia Mexicana de Medicina.